Derrota por la mínima ante El Carmen que nos obliga a no volver a fallar, aunque mantener el basketaverage a favor nos permite depender de nosotros mismos.

Ángel Galán, del equipo carmelita, nos dio un susto tras sufrir un golpe en la cara que le dejó conmocionado. Para evitar males mayores, se decidió requerir la presencia del 061 para trasladarle al Hospital.
Afortunadamente, nada más terminar el partido, ya se comunicaba con su entrenador, aunque tendrá que estar 10 días en observación. Desde aquí nuestro máximo apoyo y ánimo.

En cuanto al partido, segunda derrota de la temporada, y de forma consecutiva, que acaba con el colchón que nos había dado estar invictos hasta nuestro desplazamiento el pasado sábado a Priego de Córdoba. A un complicado calendario en la segunda fase, en la que recibimos a los primeros clasificados, y visitamos a aquéllos que mantienen opciones de clasificarse para playoffs, se unieron hasta tres aplazamientos, además de los entrenamientos de la selección cordobesa de algunos de nuestros jugadores. Y a pesar de que se ha tratado de reformular la programación propia, y que parecía que llegábamos a este punto de la competición preparados física y tácticamente, la pista ha demostrado que no hemos asimilado conveniente tal preparación.

No obstante, a diferencia del partido en Priego, la actitud mostrada por el equipo ha sido muy diferente, con independencia de que las cosas les hayan salido mejor individual y colectivamente. De todas formas, a priori debemos entender que este partido era particularmente complicado para ambos equipos. Una derrota para nosotros suponía elegir el camino más difícil para optar a playoffs. Una derrota para nuestro visitante, jugárselo todo en dos complicados enfrentamientos.

El partido empezó con la agradable sorpresa de contar con Adrián, que aunque sin estar perfectamente restablecido, quiso demostrar a sus compañeros su carácter y compromiso con el equipo. Suyas fueron las dos primeras canastas. Después, vino el susto de Álvaro y 30 minutos de tensa espera en la que su evolución fue muy leve, dejándonos a todos, jugadores, técnicos, árbitros y público asistente, un nudo en el estómago aliviado tras las buenas noticias desde el hospital.

Se reanudó el partido, y nuestros visitantes venían con la lección bien aprendida, poniéndonos las cosas muy complicadas en ataque, y castigando nuestras debilidades en defensa, con un inspirado Cano. Un nuevo susto sacudió al equipo carmelita, con la lesión de Alejandro Reyes que se torció el tobillo al entrar a canasta. Aún así, se sobrepusieron y finalizaron este primer periodo doblándonos en el marcados 6 a 12. Afortunadamente, Javier Sánchez y Luis entraron en partido, dándole la
vuelta al resultado, y haciendo que nos volviéramos a poner por encima en el marcador. Sin embargo, Cano asumió el protagonismo del partido, mientras nosotros nos atascábamos en mover el balón ante la cerradísima defensa, nos mostrábamos desacertado en el tiro, y nos era imposible encontrar a nuestros jugadores interiores. Finalizaba la primera parte con 4 puntos en contra.

La arenga del descanso sirvió de poco. Lo que debía haber sido una clarificación de conceptos defensivos y ofensivos se tradujo en faltas personales defensivas y en la máxima diferencia rival, que se fue a los 8 puntos en los tres primeros minutos. Lo peor, Adrián no aguantaba el ritmo, y su maltrecho tobillo le sacaba del partido. Otra vez algunas acciones de Luis y, en esta segunda parte, un valentísimo Javier Anglada que supo leer espacios y ventajas, rebajaron la diferencia para volver a dejar la renta visitante en los 4 puntos del intermedio. Todo por decidir en el último periodo, aunque la anotación
estaba siendo tan baja que esa escasa diferencia se podía convertir en un mundo.

Se iniciaron los últimos diez minutos con un triple de Juanjo, para posteriormente perderse tres minutos en un juego insulso, cargado de nervios, sin ninguna intención ni acierto atacante por ambas partes. Un robo de balón con canasta otra vez de Juanjo nos volvía a poner delante en el marcador a falta de 5 minutos. El juego visitante se atascaba, aunque conseguía sacar falta de acciones intrascendentes a las que se les concedía tiro libre. En esto consistió prácticamente
todo este tiempo final, en intercambiar tiros libres en ambas canastas. El acierto en ambos de Alberto y una canasta de Joselito, nos hizo entrar en los últimos dos minutos con nuestra mayor renta en todo el partido, 3 puntos.

Desgraciadamente, lo que tendría que haber sido un final de partido manteniendo esa diferencia, se tradujo en pérdidas de balón que volvían a llevar a los rivales al tiro libre, hasta en tres veces consecutivas. Su acierto, con 5 de 6 en un minuto, le dio la vuelta al marcador, poniéndoles 2 puntos arriba. De hecho, los 7 puntos que consiguieron en este periodo fueron desde la línea de tiro libre, no consiguiendo ni una canasta.

Tras un tiempo muerto para preparar el ataque no conseguimos cobrar canasta, ni tan siquiera falta, aunque no perdimos el balón si no que teníamos balón en el fondo. Un nuevo tiempo muerto para tratar de sacar ventaja, con ambos Javieres. A Sánchez no le pitaron falta ni en la recepción, ni en el posterior lanzamiento, pero sí a Anglada tras un magnífico rebote ofensivo. No consiguió anotar el primero, pero sí el segundo tiro libre, dejando la diferencia en contra de un solo
punto. Apenas 6 segundos por jugar, y balón y tiempo muerto para el equipo carmelita. Decidimos no arriesgar para salvaguardar el basketaverage, y los jugadores del Carmen no asimilaron lo comentado en la pausa, pues ni tan siquiera llegaron a tirar a canasta. Final del partido, con un pobre marcador de 36 a 37 a favor de los visitantes.

La derrota deja un mal menor que es un basketaverage a favor con este equipo, tras nuestra victoria por 2 puntos en la primera vuelta, lo que hace que dependamos de nosotros mismos hasta final de fase regular. Un final de fase muy complicado, con un partido en casa ante Lucena, pero dos salidas a Maristas y Cabra que nos obligan a preparar y encarar ambos encuentros con la máxima intensidad y compromiso, pues una nueva derrota sería fatal para nuestra posición en playoffs. Aunque el juego de hoy no ha sido nada bueno ni acertado, lo importante ha sido la actitud con la que los chicos que han
participado en la pista lo han afrontado, así como la de los que esperaban intervenir desde el banquillo. Así debe ser siempre, y en todo momento, con independencia del rival y de la relevancia del encuentro. Es necesaria la implicación total, y en eso consiste el espíritu deportivo. Agradecemos finalmente el apoyo recibido desde la banda por parte de familiares, amigos y club, aunque debemos, todos, centrar nuestras energías en apoyar a nuestros chicos, tratando de resaltar cuanto
hacen bien, y de animarles en caso de errar, dejando al margen el arbitraje. En general, transmitir energía positiva tiene un efecto igualmente positivo en nuestros jugadores.