La temporada 2018-2019 venía marcada de inicio por dos circunstancias, por un lado  el carácter no competitivo de la categoría dentro del programa valorcesto y por otra parte el reducido número de equipos que han participado, tan solo cuatro. Esto ha hecho que a pesar de haber jugado tres rondas, el número de partidos ha sido muy reducido, tan solo nueve partidos a lo largo de la temporada, algo que a priori es poco deseable para unas niñas que necesitan jugar cuanto más mejor para ir conociendo la disciplina y poner en práctica el trabajo realizado en los entrenamientos.

Al margen de lo anterior, a nivel interno, el equipo estaba formado por un grupo niñas que ya tenían cierta experiencia en el juego y otras que habían jugado poco o que acababan de llegar al baloncesto. Dentro de este grupo heterogéneo se ha conseguido un buen nivel de trabajo, gracias a la implicación de jugadoras y familias, que se ha visto trasladado en el nivel de juego alcanzado en los partidos jugados, con una valoración muy positiva si se compara con el resto de equipos de la categoría.

Una buena temporada por la ilusión por el juego despertada en las niñas y por los conocimientos que estas han ido adquiriendo a lo largo del año y que hace pensar que el club tiene continuidad en su equipo de cantera femenino  con unas jugadoras que disfrutan y se divierten con el baloncesto y que cada vez juegan mejor.